A veces ser tullido es privilegio;
mirad, si no, las obras de este enano:
imitar su mirada será vano:
no podréis repetir el sortilegio.
Como a Van Gogh, aquella herida abierta
le llevó (sabia y firme acompañante)
a pintar esta obra impresionante,
que narcotiza al tiempo que despierta.
Alas hizo de sus quebradas piernas;
de su talla, un gigante inmensurable:
con su dolor, color inimitado.
Por culpa de un caballo resabiado
tenemos esas crueldades tan tiernas,
y no otro pisaverde desechable.
mirad, si no, las obras de este enano:
imitar su mirada será vano:
no podréis repetir el sortilegio.
Como a Van Gogh, aquella herida abierta
le llevó (sabia y firme acompañante)
a pintar esta obra impresionante,
que narcotiza al tiempo que despierta.
Alas hizo de sus quebradas piernas;
de su talla, un gigante inmensurable:
con su dolor, color inimitado.
Por culpa de un caballo resabiado
tenemos esas crueldades tan tiernas,
y no otro pisaverde desechable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario