De un embustero
Nunca en sus días nada cierto
dijo este hombre increíble:
no le lloréis, que es posible
que ni siquiera esté muerto.
De un hijo de puta
Yacen aquí los despojos
del más grande hijo de perra;
no se descuide la tierra,
o le sacará los ojos.
De un misántropo
Nunca en ningún ser humano
pude encontrar nada bueno.
Feliz cena ésta que ceno
a solas con el gusano.
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