Si no me equivoco, la técnica usada (o mayoritariamente usada) por los autores del relato de terror es comenzar contando horrores verdaderos, que la vida no suele escatimar; algo en el interior del lector dice: sí, ésto es verdad; y entonces, poco a poco, se va introduciendo por el autor el horror fantástico, ya sea gótico, mitológico o extraterrestre; y ya no importa que lo sea (que sea fantástico), porque la incredulidad del lector quedó suspendida por lo que anteriormente se había dicho. La maestría del autor se mide por la habilidad e imperceptibilidad -en lo posible- en el paso de un horror a otro.
Es una técnica muy utilizada en los relatos de Stepehen King, Ray Bradbury o H. P. Lovecraft; se comienza relatando, con algún detalle, horrores cotidianos (1): parejas que se odian secreta o manifiestamente, viejos malvados, vidas arruinadas, casas o existencias demolidas, gentes hundidas en la demencia, el alcoholismo o la sordidez, culpas imposibles de reparar; todo ésto forma parte de la realidad, y el lector no puede por menos de reconocerlo; entonces ya está preparado para que se le hable de vampiros, payasos demoníacos, extraterrestres idiotas y violentos (2), encarnaciones variadas del mal. Si existen unos horrores -y sabemos que existen- ¿por qué no los otros? El escritor lleva de la mano, muy suavemente, al lector a delizarse de un horror al otro.
¿Es más increíble, por monstruoso, un vampiro (o un pueblo habitado por vampiros) que un alcohólico que golpea a su hijo en la cuna, o que dos personas que duermen juntas deseándose la muerte, o que un anciano a quien toda una prolongada vida no ha servido más que para juntar maldad, o que un coma accidental del que la víctima despierta después de haber perdido años irrecuperables y a la mujer de su vida (3), o que un colegio donde -diariamente- se espera a un determinado alumno para darle una paliza, ya por rutina, ni siquiera por deseo de hacerle daño?
Otros autores -me vienen a la memoria, es fácil, Poe o Bram Stoker- entran (creo recordar) en materia sin preámbulos; de ahí que -a mi ver- sus relatos, siendo magistrales, sean menos eficaces COMO RELATOS DE TERROR que los de Stephen King o H. P. Lovecraft: no se ha preparado en el lector la necesaria suspensión de la incredulidad.
Es una técnica muy utilizada en los relatos de Stepehen King, Ray Bradbury o H. P. Lovecraft; se comienza relatando, con algún detalle, horrores cotidianos (1): parejas que se odian secreta o manifiestamente, viejos malvados, vidas arruinadas, casas o existencias demolidas, gentes hundidas en la demencia, el alcoholismo o la sordidez, culpas imposibles de reparar; todo ésto forma parte de la realidad, y el lector no puede por menos de reconocerlo; entonces ya está preparado para que se le hable de vampiros, payasos demoníacos, extraterrestres idiotas y violentos (2), encarnaciones variadas del mal. Si existen unos horrores -y sabemos que existen- ¿por qué no los otros? El escritor lleva de la mano, muy suavemente, al lector a delizarse de un horror al otro.
¿Es más increíble, por monstruoso, un vampiro (o un pueblo habitado por vampiros) que un alcohólico que golpea a su hijo en la cuna, o que dos personas que duermen juntas deseándose la muerte, o que un anciano a quien toda una prolongada vida no ha servido más que para juntar maldad, o que un coma accidental del que la víctima despierta después de haber perdido años irrecuperables y a la mujer de su vida (3), o que un colegio donde -diariamente- se espera a un determinado alumno para darle una paliza, ya por rutina, ni siquiera por deseo de hacerle daño?
Otros autores -me vienen a la memoria, es fácil, Poe o Bram Stoker- entran (creo recordar) en materia sin preámbulos; de ahí que -a mi ver- sus relatos, siendo magistrales, sean menos eficaces COMO RELATOS DE TERROR que los de Stephen King o H. P. Lovecraft: no se ha preparado en el lector la necesaria suspensión de la incredulidad.
(1) El alcohólico que rompe el brazo de su hijo pequeño en "Shining"; la sordidez cotidiana de un pueblo norteamericano en "Salem's lot", la perdurabilidad e invencibilidad del mal y la pérdida irreparable de la infancia en "It"...
(2) "Tommyknockers"
(3) "The dead zone"
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