........................esta segunda inocencia
que da en no creer en nada.
Antonio Machado

domingo, 3 de octubre de 2010


Hipervínculos

             Reflexiono sobre una reflexión de Gunter Grass, ya no recuerdo si de antes de descrubrirse lo malo que era (que había sido) o de después: los textos en el ordenador parecen acabados por lo atractivo de la tipografía y lo hermoso de los escritorios, pero pueden y suelen no estarlo; por éso es mejor escribir a pluma, a lápiz, a bolígrafo o rotulador, sobre el papel.
            Es posible. Pocas veces he escrito directamente en una entrada (ahora que me doy cuenta, ésta va a ser una). Si lo dice Gunter Grass, es posible. Lo cual explicaría muchas cosas que se leen en la Red sin que sus autores sientan la menor cohibición. Todo europeo es un escritor, en potencia o en acto; pronto no quedarán  lectores, avisó el monstruo  portentoso porteño. Sin embargo, nadie es juez de sí mismo: un texto que parezca terminado puede estar terminado, incluso escrito en computadora; y uno sobre el que se ha trabajado mucho en papel puede ser una puñetera mierda; el único que puede decirlo es el lector.
             Lo encadeno con una declaración de Juan Goytisolo en El País-Babelia de ayer, en una columna sobre  un tal Claudio Rodríguez y su libro "Don de la ebriedad": El poeta no busca la gloria, no corteja la fama como quienes no han sido tocados por la gracia y, a falta de ello, engrandecen sus egos. Lo que me recuerda otra sentencia también de Goytisolo (y vuelvo a citar de memoria): El escritor ha de tomar su obra muy en serio, y a él mismo no demasiado.
             ¿He seguido este sabio consejo? No sé. Espero que sí. Ahí están los textos. El supremo Juez es el lector, las palabras han de defenderse solas. En cuanto a la posteridad.... cito esta vez a Woody Allen, a quien cita la hermosa Elvira Lindo: No quiero vivir en la memoria de mis espectadores; quiero vivir en mi apartamento.
           Ya aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, recomiendo a mis lectores, que parece que los hay, la relectura de los comentarios de Baudelaire sobre los Recuerdos de un comedor de opio, de Thomas de Quincey (uno de los libros que no se perdió en la mudanza). No se arrepentirán. Si algún joven pasa por aquí, que todo es posible en Sodoma, le recomiendo también las enseñanzas del autor de El albatros sobre las consecuencias del uso del hashish... De vacaciones encontrándome, me he propuesto también releer a los clásicos, excepto los intratables. El Lazarillo, El Quijote, el romancero viejo, las Moradas, Quevedo está de más decirlo... Ay de los buenos propósitos de Año Nuevo. Dios dirá, como dicen los cristianos.

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